La moda te despierta... 

La moda es importante desde el momento que no podemos ir desnudos por la calle. O te vistes o te multan por escándalo público. Así las cosas. Ya que nos obligan a ir vestidos por las calles de pueblos y ciudades, al menos, elegir lo que mejor nos sienta para dar una imagen atractiva y elegante, vayas a donde vayas. Eso de que la moda no es importante no es cierto. Nos obligan hacer uso de ella todos los días y a diferentes horas, dependiendo de tus horarios, tu vida social y profesional.  

 ¿Alguna vez has pensado que entre la moda y nosotros no hay distancias? Es una rutina de uso diario, y vestirse es un acto repetitivo, unos lo hacen con buenos hábitos, y otros con malos hábitos, dependiendo de su interpretación sobre la moda, o si han cultivado el gusto por esta necesidad,

"A mi no me dice nadie como tengo que ir vestido". ¿Te suena esta frase? Se escucha tanto, que ya parece hasta vulgar de tanto oírla. No te dicen que ponerte, sino que te obligan a vestirte de una forma determinada para ir a trabajar, o no te dejan entrar en una discoteca si llevas unas snikers, o no te permiten el paso si no cumples con una etiqueta. ¿A ti nadie te dice como tienes que ir vestid@?

Vivimos en una sociedad global donde hay unas normas que cumplir, y el uso y disfrute de la moda es de obligado cumplimiento social. A no ser que tengas en tu armario prendas clásicas, que son las tendencias que se mantienen durante más temporadas, tenemos que dar una imagen actual llevando moda de temporada. Estrenamos ropa y estrenamos una nueva imagen. Para no aburrir a los demás ni a nosotros mismos ante el espejo.

¿Por qué la moda nos seduce tanto? Estación tras estación nos llega con seducción. No importa si es otoño-invierno o primavera-verano, su llegada nos crea expectativas renovadas. Porque la moda despierta un sentimiento parecido al impacto que provocan las relaciones entre los seres humanos; Como puede ser el llamado flechazo. Esa es la sensación que provoca al ser fan de alguien que nos invita a imitarle en su estilo. Es una forma de despertar el interés por la moda al verlo en nuestro ídolo y provoca la reacción de ir de compras. Este sector de población que compra moda por el impulso incontrolable de tener algo que lleva su ídolo, le hace consumir moda. Este es un ejemplo de como la moda llega por distintos canales hasta el consumidor de moda. 

Digan lo que digan la moda seduce. Un@ tiene los síntomas de la atracción irresistible a una prenda que en muchas ocasiones no se puede controlar.

La inversión en moda ha de ser progresiva, con calma, mirando, y probando. La mejor inversión es aquella que se calcula. La mayoría de la gente que compra moda no calcula los beneficios de una prenda. Nosotros entregamos el dinero a la marca conocida o desconocida por una prenda. La prenda tiene que ir asociada a nosotros y a nuestras formas de vida. Aunque no lo parezca el hombre tiene muchas vidas para vivirlas con diferentes looks. La imagen va asociada al momento que provoca un cambio de nuestra imagen con ropa nueva o diferente.

Las prendas dan beneficios al hombre y la mujer que los compra. Nosotros trabajamos para que una parte de nuestro presupuesto vaya en compra de moda. ¿Para qué entrego esta cantidad de dinero por esta prenda? ¿Qué me aporta la prenda? ¿Nos lo preguntamos con frecuencia?

Para que nos entendamos, cuando compras un zapato de tacón, lo compras porque te da más centímetros de altura, es cómodo, da otro aire a la prenda con la que has pensado llevarlos, el color de la piel lo eliges con una intención clara. Por lo tanto, la inversión esta justificada. La diferencia es que tenemos más ropa en el armario que zapatos. ¿Por qué?

La economía en la que nos estamos moviendo nos hace gastar más y mal. Empieza a comprar con el pensamiento de la nueva relación que vas a tener con esa prenda y si vas hacer historia con ella. Si la respuesta es afirmativa compra la prenda. Lo opuesto sería usar y tirar, y esta compra es pagar sin obtener beneficios, ni a corto ni a largo plazo, es decir, una compra inútil, innecesaria, y lo peor, con menos dinero en el bolsillo.

Empieza a comprar moda no con sentimiento de culpa por lo que ha costado, sino que ese precio que has pagado lo vas amortizar.

La moda se asemeja a las relaciones humanas, primero te sientes atraído por su diseño, traducido por la belleza de una mujer o un hombre, por el color, puede ser el color de los ojos, el pelo, la piel, por el tacto el tejido, la piel de la mujer o el hombre, pagas lo que te piden porque te gusta de verdad. Es real, no tiene los edulcorantes de la publicidad engañosa.

Lo mismo pasa con las relaciones humanas; sales a cenar, a comer, o a tomar una copa, todas estas acciones las pagas con dinero, estas invirtiendo para conquistar a ese hombre o esa mujer. Estas viendo que es la mujer o el hombre de tu vida. Esto es una inversión a largo plazo, porque ya ha quedado contigo tres veces seguidas. Le interesas.

Lo que has pagado por esa prenda, la estas amortizando, estas haciendo historia con la prenda. Te gusta tanto, que te la pones muchas veces. Ha conquistado tus necesidades, te da los beneficios por lo que has pagado. Lo mismo pasa con las relaciones humanas, invertimos nuestro tiempo para obtener un beneficio con un fin. A las prendas les damos tiempo cada vez que nos las ponemos, y a nuestras relaciones les damos nuestro tiempo, para disfrutar y ser felices. Por eso se dice, que la moda enamora y es irresistible.

Empieza a poner condiciones a la moda que te venden. Solo así estarás seguro de lo que compras y las oportunidades de ser vista en ti, cuantas veces sea necesaria para tu vida profesional, social, o de ocio. Las prendas se mueven en estos tres ambientes determinados por un protocolo a seguir.