Las marcas, con y sin piel.

Las marcas temen las represalias desde sus escaparates al exhibir prendas de piel, ya sea de pelo auténtico como piel curtida. Los manifestantes ecologistas les atemorizan. 

No sé si habéis observado que antes las prendas expuestas en los escaparates te ponían el precio acompañado con la descripción de la prenda. Ejemplo: Chaqueta de piel y el precio. Ahora solo te ponen el precio sin determinar si es piel auténtica. Uno de estos ejemplos es Adolfo Domínguez. Cuando ves el precio en conjuntos de piel no sabes si pagas el diseño o la piel al ser una marca muy reconocida. Queda oculto en la etiqueta, para confirmarlo tienes que entrar en la tienda.

Desde los escaparates no especifican si es piel o napa, o una magnífica imitación, que no es ni lo uno ni lo otro. Como es el caso del diseñador español, Juan Avellaneda.

Hay marcas que no lo dicen porque lo ves y lo sabes que no trabajan si no es con piel auténtica, porque tienen sus clientes que no compran si no es así. Hablo de Hermes, Ferragamo, Fendi, Tous, no entran en las políticas de la defensa del animal, sino por el control de la especie para seguir trabajando con pieles auténticas, respetando la ley del animal.

La marca, Max Mara, es una de las afectadas por el movimiento ecologista que se manifiestan delante de su escaparate para que retiren de sus colecciones las pieles auténticas. ¿Lo han conseguido? ¿Priman las peticiones de sus clientes antes que la exigencia ecologista? Tu ves una manifestación y te detienes a observar que pasa, y lo que pasa es que se pone el ojo crítico enfocando a la marca con un resultado de cierto desprestigio.

Ahora la tendencia de las marcas es optar por un perfil bajo a la hora de exponer sus colecciones de piel desde sus escaparates. Con esta medida se protegen de una agresión que da mala prensa.

Supongo que algunas marcas tienen escaparate, tienda, y trastienda, como estrategia a seguir, con el fin de proteger su imagen de marca.