La Infanta Elena ensalza la Corona.

Felipe VI, regaña a la Infanta Elena por ostentar el lujo, es peor lo que hace su suegra, Paloma Rocasolano, que lo ostenta cuando nunca en su vida lo ha lucido si no es porque él se ha casado con su hija, Letizia, y se va sin pagar las prendas de las tiendas de alta costura, y reclaman a Casa Real la deuda.
Me parece muy bien que la Infanta Elena se vista de firmas de alta costura, deja muy bien la imagen de la Corona, sin hipocresías. Si tiene prendas de lujo porque no las va a lucir cuando acude a los actos oficiales en representación de la Corona de España. Total no pertenece a la Familia Real oficialmente, simplemente es la hermana del rey. Felipe VI, que se preocupe de la imagen que da Leonor en San Javier y su mujer, Letizia, en público y en privado.
El rey le aconseja a su hermana que tiene que ser más discreta, que los españoles no deben pensar que viven del dinero de ellos. Y Letizia cuando llama a Pedro Sánchez para que le asesore para comprar una casa en República Dominicana, no es un exceso.
Desde que la Infanta Elena se caso con Jaime de Marichalar su imagen cambio por completo. Sigue cultivando ese buen gusto. Da una imagen esplendida de poder. Acaso la Corona de España no puede ostentar el lujo cuando otras casas reales europeas lo hacen y sus súbditos lo consideran normal como una partida de gastos de representación de su país que le deja en muy buen lugar.
Felipe VI cultiva la hipocresía. Cuando la Familia Real se va de vacaciones a lugares paradisíacos con hoteles de lujo que la noche puede costar hasta 6.000.-€ o más diarios más los escoltas, no es con el dinero de los españoles. Eso es otra cuestión que ni siquiera los españoles saben porque la Casa Real oculta sus destinos y el coste de su estancia. Cuesta más que el look de la Infanta Elena, solo que lo amortiza.
El look que llevaba la Infanta Elena era un bolso Loro Piana Sesia, zapatos de Manolo Blahnik, y collar Bvlgari Monet que pertenece a su colección particular de joyas. Con su magnífica imagen ha dejado a la Monarquía de España en el lugar que le corresponde. Dando una imagen de poder y respeto.