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Con la ropa no hablas, pero habla por ti.

23.02.2022
Carolina Herrera Primavera 2021
Carolina Herrera Primavera 2021

La moda se viene a definir como no pregunten, miren, y saquen sus conclusiones.  La moda esta llena de lenguaje no verbal y conclusiones. Digamos que es como "chivato" que desvela todo y parte de ti. Lo que tu no dices con palabras la indumentaria lo deja al descubierto.

Si crees que la ropa no deja al descubierto tus intenciones, entonces vives en el mundo de "Alicia en el País de la Maravillas". La ropa no es un dulce cuento de hadas, puede llegar a ser maquiavélica. ¿En qué sentido? Puede producir intencionadamente una reacción provocada por un color o un estilo.

Por eso cuando vayas de compras piensa en el probador la conclusión final de la prenda.

El entrevistador puede pensar de ti: Sé que quieres este trabajo por la forma de venir vestida.

En la primera cita él piensa: Sé que me quieres conquistar. Que te gusto.

Inclusive la elección de un vestido de novia, ese día tan especial, puede desvelar si eres católica practicante, si no eres creyente ni practicante, y al menos si guardas la compostura respetando las normas eclesiásticas. ¿Crees que las mujeres que van al altar luciendo sus encantos de forma sinuosa son realmente católicas? O vestidos ceñidos al cuerpo dibujando la línea del cuerpo de forma exuberante. Me pongo en la mente del sacerdote que te case. ¿Qué estará pensando al ver una novia vestida de forma tan poco recatada? Y por no hablar del maquillaje. En la iglesia los tiempos no han cambiado, se mantienen las mismas leyes eclesiásticas, y sus normas conservadoras y tradicionales.

La ropa no guarda ni un secreto. No es como la "amiga" en la que se puede confiar. Ahora se desvela mucha información, yo diría que demasiada, sobre modelos, tendencias e influencias.

Si un hombre leyera las revistas de moda femenina, o de mujeres, con toda la información que da sobre nosotras, costumbre por otra parte que no tienen, llegarían a conocer "los secretos de las mujeres".

Están dejando al descubierto nuestras maneras de comportarnos, nuestras intenciones y resultados. ¿Esto es una estrategia a seguir? No. Las estrategias se guardan como los secretos, y los trucos como tesoros. Sino no tiene sentido. No es lo mismo salir a cenar con una mujer, que despertarse con ella. Maquillada y sin maquillar. Seamos realistas, que el cambio es evidente.

No sé, si esto puede ser producto de que cada vez más en España, existen más casas mono parentales. A mucha gente le esta empezando a gustar vivir sola, y solo compartir los buenos momentos, sin rutina.

Ahora existen publicaciones que te presentan la imagen de mujeres famosas maquilladas y sin maquillar. Y te invitan de esta forma: Te vas a llevar una sorpresa cuando veas a fulanita sin maquillaje. Hasta que llegas a la mujer que por curiosidad quieres ver, te presentan a unas cuantas famosas con y sin maquillaje. El recorrido es largo y la sorpresa evidente.

Estas técnicas de conquistar al mundo, en todos los ambientes que nos movemos se dejan al descubierto, por medio de la palabra y la imagen que proporcionan las revistas.

Qué me dices cuando una amiga te dice: Llevas la misma prenda que la famosa de turno. Y te compara con ella. Esa prenda ya tiene pasado, una identidad a la que la asociamos. Pierde el valor de la prenda vista en ti. No hay sorpresa, no has sorprendido con una prenda que te acabas de comprar, se supone que has hecho una inversión económica sin pensar en: Relación=producto=imagen. Se puede decir, que no has aportado nada nuevo a tu vestuario, y menos a tu imagen, porque has perdido el protagonismo deseado. ¿O SÍ?

Estamos tan saturados de información, que el efecto sorpresa tiende a desaparecer. Damos tanta información teórica, que ya no descubres nada por ti mism@. Se esta perdiendo el romanticismo que puede llegar a desprender una prenda.

Os propongo que escojáis una revista de hombres y otra de mujeres, a ser posible de gama alta, media y baja. La revistas masculinas no dan tanta información sobre ellos, como las revistas dirigidas a las mujeres.

Imagina por un momento que a un hombre le de por leer estas revistas, una vez por semana. Se pierde la magia del momento, porque ya se lo han enseñado en las revistas femeninas. Esto provoca que cuando un hombre ve a una mujer sus prendas ya tienen lectura.

Claro, que para que esto suceda los hombres deberían emplear su tiempo en leer nuestras revistas.  

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