De nuevo el protocolo da que hablar.

El nuevo rey de Inglaterra, Carlos III, ha tenido su primer resbalón como rey o he de decir, el segundo.  

Cuando el rey, Carlos III, se disponía a firmar un documento, la pluma no había pasado la revisión que siempre se hace antes de que sea utilizada por la o las personas que la van a utilizar. El jefe de protocolo, debe supervisar todo lo que gira entorno a un acto o una acción como es la de firmar, entre sus funciones esta la de comprobar que escribe bien la pluma.

Ahora vamos a estudiar el comportamiento en directo ante las cámaras de televisión, y el objetivo de los fotógrafos del rey de Inglaterra, Carlos III, su reacción no estuvo a la altura de su posición. Estaba contrariado por este hecho, y así lo hizo notar a los presentes, levantando la voz, teniendo que sacar su pañuelo para limpiarse los dedos de la mano, provocado por el derrame de la tinta de la pluma. Tras haber comprobado en primera persona este hecho, se la pasa al reina consorte, Camila, en vez de pedir él otra pluma para que firme su esposa, y así evitar que se manche las manos de tinta. En los pequeños detalles se conoce al hombre. Solo que este no es cualquier hombre.

Otro resbalón que no pasa por alto. El despido a una parte de la plantilla que estaba al servicio de la difunta reina Isabel de Inglaterra, por lo menos, se debía haber esperado a que pasarán los días de luto oficial para proceder con el preaviso que marca la ley.

A este paso los súbditos ingleses van a echar mucho de menos a su difunta reina.

Ha heredado una corona, hay que saber llevarla, dado que la corona de Inglaterra pesa mucho.  Sin olvidar, que los ciudadanos ingleses han heredado un rey que se tiene que ganar su respeto todos los días.