La Feria de Sevilla.
Llega una nueva Feria de Sevilla, con el ruido de las castañuelas se abre un paisaje lleno de belleza, color, baile, mujeres y hombres al unísono tocan las palmas y taconean. La Feria de Sevilla, es un acto social que dura siete días, con sus horas y calendario. Donde la moda tiene su protagonismo, marcada por una tendencia con tradición: Lunares y volantes...
Si piensas ir a la Feria de Sevilla, supongo que estas pensando en hacer la maleta. La agenda durante una semana esta repleta de eventos. Se supone, que acudes con un grupo de gente conocida, amigos, familiares. Esto significa que al ser una semana intensa no es aconsejable repetir look. Si repetimos ambiente no repitamos vestido.
Aquellas que durante años acuden a la Feria de Sevilla, deben tener varios vestidos de faralaes en su armario de temporadas anteriores, lo que les permite poder cambiar con más frecuencia. Teniendo en cuenta, que los vestidos de faralaes es un clásico que no tiene muchas variaciones de un año a otro, donde los volantes son su seña de identidad.
Aunque la gente no lo crea la Feria es el lucimiento de la mujer. Los vestidos de faralaes con mantilla y peineta son la gran atracción en el paseo de caballos, por la mañana, es un desfile donde la mirada se deposita en la mujer y el vestido que lleva, como lo lleva, y el arte para lucirlo.
No es un vestido de cóctel, no es vestido de novia, se aproxima más a un vestido del estilo del diseñador de alta costura, Valentino. El volante se tiene que abrir y mover al paso, para conseguir este efecto, caminar con pasos más largos y con las caderas.
El maquillaje acentuando la mirada y los labios de color rojo, con un clavel rojo prendido en el pelo, o en el escote no puede faltar, forma parte de una tradición. El pecho, la cintura y las caderas están muy marcadas por el diseño de los vestidos de faralaes, acentúan estas partes del cuerpo de la mujer ensalzando la feminidad.
Son unas fechas donde volvemos la mirada al señorito andaluz, ellos representan el señorío con su actitud y comportamiento que no se ha perdido en el tiempo, permanece, y sólo se reconoce en Andalucía, como una herencia de padres a hijos.
Aquellas mujeres que no
llevan vestidos de faralaes, se tienen que vestir para cada uno de
los eventos a los que acudan. Se cuida mucho la estética en este
evento multitudinario, donde la historia y la tradición esta
presente en cada uno de sus actos que lo hace atractivo y lleno de
emoción. Los andaluces la viven con pasión y devoción, y los
turistas con expectación. Donde no falta el sombrero y el abanico.
Sevilla, es un trozo del Sur de España que la hace diferente del resto. Vívela con sus tradiciones.