Las reinas, la Princesa y la Infanta.

Las Casas Reales, que están tan unidas al protocolo en cada instante de su vida pública, tanto en actos públicos como privados, ya no solo por el protocolo oficial, sino por dar una imagen de familia católica, como un deber, como ha tenido que ser hoy, jueves, debería haber sido invitado el cuarto abuelo, el rey emérito, Carlos I, al sacramento de la Confirmación de la Infanta Sofía, era una buena razón humana y religiosa para invitarlo a la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, en Aravaca (Madrid).

Para su funeral les invita el difunto, rey emérito, a los Borbón-Rocasolano, en la catedral que corresponde, y con un funeral de Estado. cuando este muerto, ellos serán los invitados a su funeral: Las reinas, la Princesa, la Infanta, y el Rey, su hijo. Nadie se lo va a prohibir, volver a España para ser enterrado como ex Jefe del Estado. Me pregunto: ¿Cuál será el comportamiento de los invitados forzosos a ese funeral? Ya lo contaremos cuando llegue ese día

En cuanto al lenguaje corporal, destacar el detalle de la Princesa Leonor de ir al encuentro de su abuela paterna, la reina emérita, Sofia, no ha sido algo premeditado, para hacerse la foto, esta aprendiendo a ser una buena nieta y reina, atrás quedo la niña malcriada que fue brusca y maleducada con su abuela, Sofia, en la Catedral de Palma de Mallorca. Al ir a su encuentro por iniciativa propia mientras estaba sola sin compañía alguna, la toma de la mano con cariño y respeto, llegan al grupo para hacerse la foto, y la reina emérita, Sofia, no quiere desprenderse de la mano de su nieta, Leonor, interviene la reina, Letizia con autoridad para que se coloquen como es debido para la foto de familia. La cara de la Infanta, Sofia, es un poema, hace un gesto muy feo, que luego corrige de forma hipócrita con una medio sonrisa a su abuela paterna.

La reina emérita estaba sola, porque en esos momentos quien tendría que haber estado a su lado era el rey emérito, Carlos I, no como rey, no como un marido infiel, sino como abuelo de la protagonista de la Confirmación de su nieta.

Si nos fijamos en el lenguaje corporal, es la reina emérita la que pasa primero su mano sobre la cintura de la Princesa, Leonor, a lo que ella le corresponde pasando su brazo sobre el hombro antes de entrar en la iglesia.

Hemos podido ver en la Princesa, Leonor, otra educación, me pregunto que tendrán esos internados ingleses privados que forman a los futuros herederos al trono, con disciplina, respeto, y educación para ser reyes y reinas. Ese gesto hacía su abuela paterna es educación y respeto.

La Casa Real, esta cometiendo un grave error, al no invitar al rey emérito a la Confirmación de Sofia, al tratarse de un acto privado de carácter familiar, que no comprometía a la imagen de la Monarquía.

En cuanto a la graduación de la Princesa, Leonor, solo podía haber cuatro invitados del entorno de cada alumno, no pasa absolutamente nada porque haya ido la abuela paterna, Paloma Rocasolano, la que haya acudido a esta celebración. Había que elegir a una abuela, y las normas son las normas.

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