¿Quién puede usar los vestidos de una reina?
¿A quién les prestas tus vestidos? ¿Una reina puede prestar con toda libertad sus vestidos? Por poder puede, aunque también puede conllevar cierta polémica.
La noticia que me ha sorprendido ha sido que la reina Mary de Dinamarca le presta un vestido a su secretaria personal, Henriette Elleman-Kingombre, en un acto celebrado este jueves y presidido por los reyes. Se trataba de un acto que celebra el Día de la Bandera en Kasteller, la ciudadela de Copenhague, y conmemora a los soldados caídos. En la imagen puedes ver a su secretaria que camina detrás de la reina con el vestido prestado en cuestión. ¿Los vestidos de su majestad son de uso privado y exclusivo? En principio si, aunque hay excepciones.
No me parece muy apropiado prestar un vestido a una secretaria para un acto oficial en la que previamente existe una imagen de Mary con este modelo. Aunque sea un cargo de gran relevancia por la responsabilidad y confianza que conlleva, y exista muy buena relación entre ambas.
El armario de la reina es de uso personal y privativo de ella, esta pagado con los impuestos de los daneses, no me parece muy correcto que se beneficie públicamente en un acto oficial su secretaria personal simplemente por respeto y discreción hacia sus súbditos, digamos que por tacto y delicadeza, por si les puede molestar. Si le hubiera prestado el vestido para un acto intimo y personal sin trascender a los medios de comunicación, hubiera sido más discreto sin abrir un debate de quien debe o no tener acceso a su armario.
¿Has pensado donde esta el error de pasar el vestido de una mujer a otra? Mary de Dinamarca no es una mujer cualquiera, es una reina, y como reina no presta un vestido porque eso presta a pensar que en el retorno a su armario ella lo vuelva a lucir en otra ocasión que puede ser un acto oficial, o una de sus hijas haga una aparición pública tras haber sido lucido por su madre y la secretaria. No es conveniente.
Lo protocolariamente correcto es que una reina no presta un vestido lo regala directamente y queda como lo que es, una reina.
El hecho de que preste sus vestidos a sus hijas forma parte de una costumbre monárquica, pero el personal que esta al servicio de la reina genera dudas al respecto que desaparecen si el vestido deja de ser un préstamo y es un regalo. En este detalle radica la diferencia.