Moncloa y la Comunidad de Madrid enfrentados por protocolo.
Ayer, con motivo de la conmemoración del día 2 de Mayo, un acto preparado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lo que prometía ser un día de celebración se vio empañado por la conducta del ministro de la Presidencia, el señor Bolaños, al presentarse sin invitación, lo cual produjo ante los medios un momento de tensión, al interceptarle el paso los servicios de protocolo presentes. Se le avisó de que no estaba invitado y aún así se presento al acto sin previo aviso. Seguro que hoy en Moncloa no se habla de otra cosa.
La única persona que no puede ser representada en el protocolo oficial es el Jefe del Estado. El presidente del Gobierno puede ser representado por el vicepresidente, en este caso, vicepresidenta.
El cargo del señor Bolaños es ministro de la Presidencia, con este cargo no puede ni ir representando al Presidente del Gobierno, ni tampoco auto invitarse con la excusa como ir de acompañante de la ministra de Defensa, Margarita Robles, dado que ya iba acompañada por el Jefe del Estado Mayor de Defensa, Amador Enseñat y Berea.
Pretendía sentarse en la tribuna, y por respeto a su cargo se le sentó en primera fila.
Si el señor Bolaños hubiera hecho uso de la cortesía y la buena educación, habría hablado directamente con la presidenta de la Comunidad de Madrid, de político a política y hacer la petición oficial de viva voz de su interés de acudir a esta celebración.
Es la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la que organiza el acto, y supervisa las invitaciones y decide como quiere que se celebre el acto, en coordinación con el departamento de protocolo, y este a su vez con las fuerzas de seguridad del Estado Español.
Lo que he podido apreciar con el lenguaje no verbal, es que la presidenta de la Comunidad de Madrid, en los instantes previos al comienzo del acto oficial movía su mano abierta dándose palmadas en el muslo, y el ministro Bolaños, colocándose los puños de la camisa. Ambos un tanto impacientes y nerviosos por la situación.