Mujer, joven, guapa, elegante, distinguida, bien preparada.
A la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, le esta azotando una marea de descalificativos por la publicación de fotografías personales en sus fiestas de ámbito privado.
Ha accedido a las peticiones de hacerse una prueba que diagnostique si es consumidora habitual de drogas o estupefacientes. Las pruebas han salido negativas.
Tras la prueba, aparecen fotos de dos amigas suyas lesbianas, con el torso desnudo tapado por una pancarta besándose. ¿En qué sociedad estamos viviendo? No se debe juzgar a la gente ni por su orientación sexual, raza o religión, al menos eso establecen los Derechos Humanos. No han tenido ninguna humanidad con la ministra, hasta el punto de tener que dar explicaciones públicas al borde de las lagrimas.
En España tenemos un ministro de Interior que es homosexual y esta casado, entre sus funciones es ser el jefe de las Fuerzas y Seguridad del Estado Español. ¿Se imaginan que los españoles entraran a juzgar las fiestas del ministro de Interior? ¿Somos más liberales en España que en Finlandia?
Se ponen a juzgar a una ministra en su vida privada. No se olviden los finlandeses que las redes sociales son unas puertas abiertas los 365 días al año. Todo el mundo publica lo suyo en compañía de otros. Si la ministra estaba en la fiesta compartiendo un momento de ji,ji,ja,ja. Que levante la mano quien no haya ido a una fiesta a pasarlo bien entre sus amigos. Cada uno es libre de publicar lo que quiera en sus redes sociales, aunque entre tus amigos este una ministra.
En su defensa ha tenido que llamar la atención a aquellos que han puesto en duda su ejercicio como ministra, haciendo valer su responsabilidad en el trabajo para el que ha sido nombrada. Una mujer responsable en sus funciones, le reclaman una conducta que no les corresponde juzgar.
Si no ha cometido ni un error en su carrera política con el cargo que representa, es responsable y trabajadora, solo me queda pensar que el problema es que es mujer, joven, guapa y además con un alto cargo.
El machismo, la rivalidad política, y la envidia, se extiende por toda Europa. Seguro que cada uno de los que ha puesto en duda su integridad pertenece a uno de los grupos mencionados.