Recepción "accidentada" en el Palacio Real.

El embajador de Japón se resbala, la pulsera de Letizia se cae, el uniforme de ceremonia del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, es motivo de memes que queman las redes sociales, el embajador de Irán hace una reverencia inusual a la reina consorte. 

Una cita tan importante como es la presentación de las credenciales del Cuerpo Diplomático en nuestro país y que reciben los reyes de España con una recepción en su honor en el Palacio Real ha estado repleta de anécdotas entre sustos y "risas".

El embajador de Japón en España, Nakamae Takahiro, el embajador ha sufrido un pequeño percance al resbalarse mientras se aproxima al saludo oficial a los reyes.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no se encontraba en la línea de saludo sino que a unos metros de distancia, y se ha reído. El protocolo indica que uno debe controlar sus emociones. En este caso, uno no se ríe, si te ríes te tapas la boca con la mano para disimular y ocultar que te estas riendo de la situación cómica en un momento embarazoso para el embajador.

Felipe VI,  arquea sus cejas y sonríe. En este caso, la sonrisa se interpreta para quitarle importancia al percance, y el arqueo de las cejas es interpretado como una reacción espontanea de asombro y preocupación al haber estado a punto de caerse el embajador. Este comportamiento esta reflejado en el protocolo con su explicación.

El embajador de la República de Nicaragua, ve el momento en el que resbala el embajador de Japón que le precede en el saludo a los reyes y no se rie del hecho. El cuerpo diplomático conoce perfectamente el protocolo y como deben comportarse en estas situaciones. Ha hecho un gesto de asombro y preocupación.

Este resbalón puede haberse producido por dos circunstancias: Provocado por la cera aplicada al suelo de mármol, o los  zapatos del embajador eran nuevos y su suela al estar nueva patina. El Palacio Real tiene que supervisar que el suelo no resbale con el fin de evitar estas situaciones.

En este acto también se ha comentado con burlas en las redes sociales la indumentaria que portaba el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Aquellos que no lo saben es el uniforme de ceremonia del que hace uso exclusivo el Cuerpo Diplomático, se entiende que diplomáticos de carrera. Para más información, se lo pagan ellos mismos, tienen su coste al estar hechos a medida por un sastre.

Al finalizar el saludo oficial, la reina Letizia hace un movimiento como es agacharse para recoger su pulsera de brillantes que se le ha desprendido de la muñeca, intenta ponérsela de nuevo y no puede sola y solicita la ayuda de su marido, Felipe VI. Con respecto a esta situación no es la primera que le sucede a la reina que se le caen las joyas de la Corona. Al ser piezas únicas y poseer un alto valor histórico y económico alguien de su séquito debe supervisar que las joyas estén bien colocadas.

Estas piezas de alto valor tienen un cierre de seguridad que evita que se desprendan con facilidad. Por lo tanto, debe de pasar por el taller de joyería para averiguar si los cierres están fallando o si la reina ha ido con tanta prisa que no ha cerrado con el doble cierre de seguridad su joya. Esto le ha sucedido con una pulsera.

¿Qué le pasó con el broche? Lo mismo, los broches tienen un cierre de seguridad que hay girar hasta que la aguja se ha encajado y no se puede desprender. En esta ocasión, fue el rey el que se dio cuenta de que a la reina se le había caído al suelo esta pieza y se agacho a recogerla.